Abandonado apenas unas horas después de
nacer, Cade creció como un huérfano en un pequeño monasterio en Powys,
Gales, en una época en la que su pueblo estaba envuelto en una continua y
amarga guerra contra Mercia por sus fronteras.
Cuando era un adolescente, trabajaba como
mozo de cuadra, y cuando fue nombrado caballero, como si fuera una
broma. Empujado hacia la guerra sin entrenamiento, supo rápidamente que
tenía un nefasto don para la batalla. Acogido por el rey, pero objeto de
burlas por la corte, Cade era reservado hasta que cayó perdidamente
enamorado de una princesa.
Pero la felicidad no era para él.
Traicionado, Cade fue condenado a caminar solo por la eternidad. Pero no
antes de que hiciera un pacto consigo mismo y aprendiera la verdad
sobre su origen…
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