SUNDOWN

Jess se crió bajo la mano dura de un padre que lo odiaba, y una madre que luchaba contra  una enfermedad. A los trece años, se escapó y se dirigió hacia el oeste, donde aprendió rápidamente que la vida no era justa y que no era fácil para un niño sin familia.
A la edad de dieciséis años, había aprendido a ganarse la vida como un pistolero y ladrón de trenes. Vivió una vida dura y sin piedad le dispararon por la espalda fuera de la iglesia donde su prometida le esperaba. ¿El hombre que le disparó? Él único en que confiaba y el que estaba allí para ser su padrino de boda.
Sí, la vida no es justa. La mayoría de los días, ni siquiera es bonita.

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